Publicat al Diario de Teruel
(Fa uns dies quan vaig escriure l’article no coneixíem encara les grans retallades presupuestaries)
” José Miguel Gràcia
No sé si tenía toda la razón Alfonso Guerra cuando dijo, hace ya bastantes años: “A España no la va a conocer ni la madre que la parió”. Se refería, claro está, a las transformaciones que el Partido Socialista iba a efectuar a lo largo de aquella su primera legislatura en el gobierno. Cambios los hubo, y el reconocimiento por parte de su madre…, como no soy la madre, poco puedo decir.
Ahora hago mía la frase, la traspongo y la actualizo: “En algo más de cien días de gobierno del Partido Popular, a esta España no la conoce ni la madre que la parió”. Si quieren, suavizo la frase y digo, como así lo hacía un titular de La Vanguardia —periódico poco izquierdoso—: “El Partido Popular desmonta en cien días los ocho años de Rodríguez Zapatero”.
Vayamos por partes: Ruiz Gallardón ha anunciado que reformarán la ley del Aborto, actual ley de plazos para volver a la ley de supuestos, con lo que volverá la inseguridad de la mujer y la de los centros que practiquen el aborto. No olvidemos que con la ley de plazos disminuyeron los abortos. Y lo más curioso es que se eliminará la posibilidad de decidir a las niñas de 16 años sin el consentimiento de sus padres, al objeto de reducir los abortos, suponiendo que los padres son más reacios a la interrupción del embarazo, menudo chiste.
El PP deja en dique seco la ley de Dependencia aprobada el 2006, el cuarto pilar del Estado del bienestar. No cabe duda que se aproximaba bastante a una típica inversión generadora de empleo, por lo tanto, su período de barbecho o yermo plurianual o eternal contribuirá a aumentar el paro.
Eliminarán la asignatura de Educación para la Ciudadanía con la excusa de su alta carga de adoctrinamiento. Si el objetivo era crear buenos ciudadanos, ahora el objetivo será crear buenos católicos, complaciendo así a la derecha más radical y a la Conferencia Episcopal.
El 30 de diciembre el PP hizo pasar a mejor vida la renta de emancipación de los jóvenes, es decir la ayuda para el alquiler de viviendas. Parece ser que esta medida había beneficiado a más de 300 000 jóvenes.
Con el cambio de oficinas y de dependencia, la ley de la Memoria Histórica tiene los días contados. ¡Que se puede esperar de un partido que no ha renegado expresamente del franquismo! Eso de enterrar con dignidad a tantas personas que yacen en las cunetas o en cualquier parte, no deja de ser una fruslería después de la transición… ¿Para qué remover el pasado
El Gobierno ha decidido recuperar la desgravación fiscal de la vivienda para estimular la construcción. No puedo entender tamaña barbaridad después de lo que ha llovido sobre la burbuja inmobiliaria. ¡Pero si el precio de la vivienda debe bajar mucho más hasta situarse en su valor real…! Una medida de este tipo solo hace que frenar la caída. ¿Para qué?
Con la reforma de la ley de Costas, el Sr. Cañete tiene la voluntad de privatizar al máximo el dominio público bajo el eufemismo de garantizar mayor seguridad jurídica.
Se aplazan casi todas las inversiones y subvenciones para las energías renovables y se potencia la energía nuclear, con lo cual se ha dado un verdadero trallazo al gran desarrollo tecnológico de las renovables y a una importante fuente de generación de empleo.
No hace falta ser muy perspicaz para deducir lo que van a hacer con TVE: se le recortarán al máximo sus presupuestos, se privatizaran muchas producciones, la pérdida de calidad será evidente, se volverán a recortar su presupuesto, se intentará controlar sus informativos, etc., etc. Véase como ejemplo el Canal 9 y TeleMadrid, y recuérdese la TVE de Urdaci.
Y la lista, no crean que acaba aquí, podría seguir y seguir… Como han podido apreciar me he dejado para el final el gran cambio, la gran reforma o contrarreforma: la laboral. Las pequeñas reformas del pasado Gobierno fueron como gotas de agua comparadas con el mar de recortes laborales de la de Rajoy. La desaparición de los convenios sectoriales, el período de prueba de doce meses, el arbitraje obligatorio, la movilidad, la unilateralidad por parte del empresario: toda una gran pérdida de derechos fundamentales que en algún momento se declararán posiblemente inconstitucionales. Todo en aras de la flexibilidad para la generación de empleo. Y la guinda del pastel no podía ser otra que el anuncio del Gobierno: “estas medidas, de entrada, producirán una pérdida de 630.000 empleos”. Más que una paradoja, el anuncio es una desfachatez. Hasta puede que el Gobierno se crea lo que dice, lo cual aún es peor. Unos pasos más, unos recortes sobre lo ya recortado y nos acercaremos al Partenón, o nos lo imaginaremos cuando protestemos por nuestra particular plaza de Sintagma. A España no la reconocerán ni la madre que la parió, ni el padre que la engendró.”
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